Primera modificación a este día: el recorrido. A Belem ya habíamos ido el día anterior, pero volveremos hoy a la pastelería famosa de Belem.
Nuestro primer destino es una de las terminales fluviales que existen en Lisboa, la Terminal Fluvial de Cais do Sodre (con la línea verde llegamos hasta allí sin necesidad de ningún transbordo), para coger el ferry que nos llevará al otro lado del río, a Cacilhas.
Elegimos este destino la noche anterior, buscando por Internet rutas en barco. Estos ferrys forman parte del transporte público, y puedes utilizar la tarjeta Viva Viagem. Los lisboetas evitan así los atascos que se producen en el puente del 25 de abril en las horas punta.
Nada más llegar a puerto, nos encontramos en frente con una larga calle llena de restaurantes a los lados, que promete mucho para comer después….
Pero antes de cruzarla vamos hacia la izquierda, al muelle, donde nos encontramos un submarino que no sabemos realmente si lo están reparando actualmente o si lleva allí mucho tiempo. Nos quedamos con esa duda.
Y la Fragata D. Fernando II de Gloria , que participó en el llamado “Itinerario de la India”. Hoy se puede visitar (4 euros) y es escuela de las técnicas de restauración y construcción naval.
Paseamos un poco por la calle que nos hemos encontrado al bajar, para ver las cartas y precios, todo muy barato en comparación con Lisboa, y con una pinta buenísima y aprovechamos para entrar en una Oficina de Información y Turismo.
Después, desde donde hemos bajado con el barco, continuamos por una calle hacia la derecha (Rua do Ginjal, por el borde del rio, y desde la que se tienen unas vistas preciosas de la costa de Lisboa y del puente.
A mitad del camino, nos encontramos con el Restaurante Ponto Final, habíamos oído hablar de él pero no sabíamos donde estaba realmente. Curioso y pintoresco por tener sus mesas en la orilla del río, pero no nos paramos, seguimos con el paseo.
Detrás del restaurante vemos lo que debe ser el Ascensor Panorámico que nos han comentado en la oficina de turismo por la que hemos pasado antes y donde nos indicaron algunos sitios para ver. Todo baratísimo, museos a 60 céntimos, y el ascensor 50 céntimos.
Continuamos el camino y llegamos al Jardin del Rio .Desde allí otra vista de la costa, del puente y del Cristo Rei. Nos quedamos allí un rato, en el césped, merece la pena.
El ascensor está allí mismo, llega hasta la parte alta de Cacilhas, al Mirador de Luis de Queiroz. Se construyó para establecer la conexión entra el Tajo y la ciudad, venciendo así un desnivel de 50 metros.
Continuando el paseo y cruzando el pueblo, llegamos al otro extremo de la calle de los restaurantes (Rua Candido dos Reis) y comienza nuestra búsqueda de restaurante (importante que se pueda pagar con VISA 😉 Nos decidimos por Restaurante Alem Tejo , no sé si se considera bueno o no, pero comimos genial. Una fritura de pescado, unos chocos y un arroz con pulpo para los niños…. La fritura estaba bien, pero cuando sacaron el caldero con el arroz, supimos que de ahí comeríamos todos 😉 Riquísimo.
El café decidimos tomarlo cruzando de nuevo el río, en la Pastelería de Belem.
Vamos a probar suerte, ya que siempre está llena. Tenemos suerte…
Os pongo el consejo que os indiqué en otra entrada:
PASTELERIA DE BELEM: si vas a tomarte un café con un pastelito en la ya conocida pasteleria donde se fabrican los famosos pasteles de Belem puedes pasar al fondo de ésta después de muchas mini salas con mesas, y tras pasar la ventana por donde se ve cómo hacen los pasteles, verás un comedor más grande de mesas con un espacio acotado para hacer cola que pone “Servicio de Mesa – 400 plazas”. Puedes esperar cola, pero si en las mini salas que vas pasando ves una mesa libre o te das cuenta de que se van a levantar de alguna, cógela, te atienden igual. Supongo que lo hacen para que no se haga la cola en la calle, y tener una zona de desahogo de mesas interior, para que no interfiera en la cola que se suele hacer fuera para comprar los pastelitos, en el mostrador que hay habilitado en un lateral de la pasteleria para ello. Losprecios son económicos. 1’05 el pastelito y 0’70 el cafe con hielo.
Seguimos con el paseo mezclando tranvías, autobús y caminando. Ahora hace menos calor, así que apetece andar. Nos encontramos con un mercadito que nos recordó mucho al Mercado de San Miguel en Madrid, Time Out Market.
En la Baixa, ya anocheciendo llegamos a los pies del Elevador de Santa Justa, están a punto de cerrar y ya no queda casi gente. Nos animamos. Lo íbamos a perdonar porque siempre había colas larguísimas y al sol. Sirve también la tarjeta de transporte.
Después nos dirigimos a Alfama, y encontramos una terraza en el Mirador de la Igreja da Graça, donde cenamos unas tostadas riquísimas acompañadas de una bebida que creo que no me volvería a pedir para mezclar con comida: Tango, es como una cerveza con sabor a frambuesa.
El sitio es perfecto y las vistas preciosas. Nos despedimos allí de Lisboa. Volveremos.
PLANIFICACIÓN INICIAL DÍA 5 – BARRIO DE BELEM
-Monasterio de los Jerónimos
-Monumento de los Descubrimientos
-Torre de Belem
Resultado de planificación:
Nada de lo previsto. Ya lo hicimos ayer. Lo reconozco, este viaje ha tenido bastante improvisación… 😉